Así comienza el libro:
El rastro de los cimarrones
Perú, 1821. Las tropas del sublevado general San Martín, sitian Lima. La guerra civil entre independentistas y realistas, entre rebeldes y fieles a la metrópoli. La vida, mientras tanto, transcurre, dentro de lo posible, con la cotidianidad de cada día. Españoles criollos blancos, indios de todas las etnias, mestizos, negros, mulatos, zambos conforman la sociedad limeña, donde privilegios y miserias se reparten con la misma disimilitud de siempre. Además, existen dos tipos de personas: libres y esclavos. La mercancía humana reniega de su situación, y se escapan: son los cimarrones. Unos hombres se dedican a recuperarlos, y devolverle la propiedad a su amo. Las andanzas de toda esa mezcolanza de gentes y, sobre todo, de uno de esos cazadores de esclavos, se relatan en las páginas que conforman dos años fundamentales de la historia de una parte de la América que fue española. Los llamados libertadores también aparecen en las páginas de este libro, con un espíritu crítico, no por su afán independentista, si no por ser los artífices de la oportunidad perdida de Hispanoamérica.
He leído a Ricardo en muchos géneros y siempre me asombra como se adapta a cualquiera de ellos, pero aun siendo novelas muy distintas su estilo está ahí.
El rastro de los Cimarrones es novela histórica y te mete de lleno en una parte de la misma, pero son los personajes los que nos cuentan la historia, la viven y nosotros con ellos y en sus conversaciones nos dan todos los datos y todas las opiniones, nos hace sentir que somos cualquiera de ellos dando la réplica o viviendo el momento.
<<La historia que narra este manuscrito comienza en los últimos días de abril del ya citado año de 1821, en pleno otoño, cuando no ha mucho que San Martín hubiese decidido estrechar el cerco de Lima…
…Rodrigo Pizarro no sentía ningún aprecio por los demás, su vida había sido siempre una lucha por la supervivencia. En el ejército, donde llegó a ser sargento después de más de quince años de servicio, se había limitado a cumplir órdenes e impartirlas, sin pensar ni una sola vez en la lógica o pertinencia de ninguna de ellas…>>
Así es como Rodrigo Pizarro al tener la oportunidad de salir del ejercito quiso dedicarse a hacer lo que sabía, acatar órdenes y perseguir o matar a quien estos le encargaban, de ahí pasó a crear una partida más o menos numerosa según los casos que iba a la caza de Cimarrones, esclavos huidos de sus amos.
Esta es la historia principal, la búsqueda de unas personas a través de un extenso territorio, son apresados, entregados y ciertos intereses hacen que los perseguidores sean ahora los perseguidos y de ahí nos llevan de Lima a Piura y de ahí a Guayaquil., mientras nos va relatando la situación del país y las estrategias de la guerra que se vislumbra de fondo.
Una historia con mucho movimiento, también con suspense, pero además totalmente integrado te mete de lleno en esa época, descubres el significado de nombres que no conocías, te muestra hasta el menor detalle describiendo las comidas y bebidas, cualquier elemento de la vida diaria pasa por estas páginas además del vocabulario de la época.
Sin conocer el lugar, te mete de lleno en él describiendo el entorno, entrando a sus casas, andando por sus calles… Esto no la hace en ningún momento aburrida, todo lo contrario ya que en las novelas de Ricardo el lector es más que un espectador, es un personaje que vive la historia junto a ellos.
He aprendido mucho con esta novela y quiero leer La plaza de la cebada por ser la segunda aventura de Rodrigo Pizarro y ahora que ya lo conozco seguro que disfrutaré aún más de la segunda historia.
Quien es Ricardo? pues para mí un gran escritor, con muchos libros publicados a sus espaldas, en concreto nueve libros sobre la arquitectura modernista de diversas ciudades, en varias editoriales, además de nueve novelas actualmente aunque hay más previstas.
También es el director de la Editorial Libros Mablaz y en lo personal, una persona volcada en sus amigos.
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