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martes, 27 de febrero de 2018

Opinión sobre Patria, de Fernando Aramburu

Patria, de Fernando Aramburu, se ha convertido en el libro del año 2017 y, supongo, que de una parte del 2018. Voy a empezar diciendo que es un libro que se merece todos los premios que ha recibido -el de Narrativa, el Francisco Umbral al Libro del Año y el de la Crítica- y trata el tema de ETA y su sorprendente raigambre en Euskadi durante muchos años, hasta que la mayoría de los vascos se hartó de ellos y ocurrió el detonante vil del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Una situación, la terrorífica historia de la organización terrorista que nos marcó parte de la transición, primero, y luego las décadas siguientes a los que ahora ya tenemos más del medio siglo.
La novela parte del momento en que ETA decide abandonar la lucha armada y una mujer, cuyo marido ha sido asesinado por los terroristas por no querer pagar el impuesto revolucionario, decide volver a su pueblo, donde nació y vivió siempre hasta que, como si ella fuera la culpable de que mataran a su esposo, tuvo que abandonarlo por el acoso vecinal ante quién consideraban el malo de la película por las injurias del mundo radical que circundaba a la banda armada.
El libro trata todo ese entorno y la vida de las personas, muchas de ellas intimidadas por el poder mafioso que ETA llegó a tener. Señalaban a alguien, decían cosas muchas veces inventadas sobre él, llenaban todo de pintadas o carteles, se le marcaba y todo el mundo le hacía el vacío por convencimiento o por miedo.
En contraposición a la dura vida que tuvo que vivir la viuda y familia del asesinado, está la vertiente de su antigua mejor amiga, que la deja de lado porque se cree los rumores sobre la víctima del terrorismo etarra y porque su hijo decide ingresar en ETA. Él también hace una visión introspectiva de su vida desde la cárcel, madurando si hizo bien o se equivocó cuando decidió matar en nombre de la supuesta libertad el País Vasco, Euskadi o Euskal Herria, que las tres acepciones valen.
Tal vez, el mayor problema del libro es que trate diferentes tiempos sin avisar, de repente se puede estar leyendo algo sobre el tiempo actual como del pasado reciente o más remoto. Algunas personas me han comentado que les ha costado seguir este hilo argumental del libro.
También me hubiese gustado que el escritor no separara términos por barras. X personaje puede sentir/percibir/ver -así escrito, este es un ejemplo no real pero que podría haber aparecido de esta forma en el libro-. Tampoco me gusta la tendencia que se da ahora a empezar tantas frases con Y...
Aunque, como he dicho, me parece un buen libro, que para mí tiene un mérito más, tratar sin miramientos ciertas actitudes de las fuerzas de seguridad del estado, que viven una guerra y no se recatan en demostrarlo cuando pueden.
Un último apunte. Tal vez debería haberse incluido un glosario de términos que se dan como conocidos por todos los lectores. Txakurra -perro en euskera- es un policía o guardia civil, los zipaios o cipayos -proveniente del nombre de los soldados indios al servicio de Inglaterra-, los ertzaintzas, los taldes son los comandos, la muga es la frontera, etc. etc.​​   

martes, 9 de enero de 2018

Permitidme que me presente, soy Ricardo Muñoz Fajardo

Llevo ya unos cuantos años metido en este mundo de las letras. Si Cervantes tardó 38 años en ver editada su primera novela, la Galatea, a mí se me publicó mi primer libro uno más tarde, con 39.
Han pasado dieciocho años desde entonces, y ese número se ha incrementado considerablemente. Y no ha sido porque yo sea el Director de una editorial, Libros Mablaz, al menos no únicamente por eso, porque mis obras han merecido el beneplácito de 12 editoras, que han considerado conveniente sacar mis libros con sus sellos.
Hoy, a principios de enero del año 2018, tengo editados 44 libros, entre los que hay diecisiete de divulgación -arte arquitectónico, una guía, un compendio sobre la Movida musical- y 27 novelas, normalmente ceñidas a tres géneros: histórica, policíaca-negra y ciencia ficción, aunque casi todas ellas trascienden a un estricto encasillamiento en cualquiera de estos.
La obra de un autor no se puede considerar homogénea. Hay lectores que han elogiado unas, les ha gustado menos otras. Y, a continuación, sucede al revés. Pero creo que el nivel de mi escritura es siempre de calidad, por lo que os animo a leerme y seguirme. No voy a enumerar las tramas de todos mis libros, entre otras cosas porque ya están resumidas al principio de este blog, pero os animo a leerme. Si tenéis alguna duda, preguntadme. Estaré siempre a vuestra disposición.