Además de a Carlos Fabra, como siempre, ¿a algún conocido le ha tocado la lotería?
Ricardo Muñoz Fajardo: nací en el año 1961 en Madrid. Diplomado en Magisterio y Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid. También tengo un Máster de Dirección de Administración. Tengo publicados once libros sobre arquitectura modernista, 6 más de divulgación, además de 26 novelas de diferentes géneros: histórica, policíaca y negra, ciencia ficción y fantasía
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martes, 23 de diciembre de 2014
martes, 9 de diciembre de 2014
Tragicomedia en cuatro actos
Hacía mucho tiempo que no decía esto. Hoy he terminado de escribir una novela, la 19ª, por lo que aumento a 10 las que tengo inéditas -aunque La República está prevista para el próximo febrero y Filipinas, la última frontera, la tercera y por ahora última aventura de Rodrigo Pizarro, saldrá el próximo mes de octubre y estoy en negociaciones para la edición de La Realidad es la otra, la tercera entrega de la policía Lucía Blázquez-.
Se trata de Tragicomedia en cuatro actos, que narra las vicisitudes de 4 hermanos en el tiempo de la I -que no la II- República.
Se trata de Tragicomedia en cuatro actos, que narra las vicisitudes de 4 hermanos en el tiempo de la I -que no la II- República.
El pasado jueves, día 4 de diciembre, se presentó en Madrid La Plaza de la Cebada, la última novela que me ha sido publicada, de nuevo por la editorial Delibrum Tremens, que ya editó el primer libro protagonizado por Rodrigo Pizarro, El rastro de los cimarrones.
Éstas son algunas de las fotos que identificaron esta reunión de amigos.
Éstas son algunas de las fotos que identificaron esta reunión de amigos.
domingo, 30 de noviembre de 2014
Reseña de Mari Carmen López de "El rastro de los cimarrones", novela de Ricardo Muñoz Fajardo
Así comienza el libro:
El rastro de los cimarrones
Perú, 1821. Las tropas del sublevado general San Martín, sitian Lima. La guerra civil entre independentistas y realistas, entre rebeldes y fieles a la metrópoli. La vida, mientras tanto, transcurre, dentro de lo posible, con la cotidianidad de cada día. Españoles criollos blancos, indios de todas las etnias, mestizos, negros, mulatos, zambos conforman la sociedad limeña, donde privilegios y miserias se reparten con la misma disimilitud de siempre. Además, existen dos tipos de personas: libres y esclavos. La mercancía humana reniega de su situación, y se escapan: son los cimarrones. Unos hombres se dedican a recuperarlos, y devolverle la propiedad a su amo. Las andanzas de toda esa mezcolanza de gentes y, sobre todo, de uno de esos cazadores de esclavos, se relatan en las páginas que conforman dos años fundamentales de la historia de una parte de la América que fue española. Los llamados libertadores también aparecen en las páginas de este libro, con un espíritu crítico, no por su afán independentista, si no por ser los artífices de la oportunidad perdida de Hispanoamérica.
He leído a Ricardo en muchos géneros y siempre me asombra como se adapta a cualquiera de ellos, pero aun siendo novelas muy distintas su estilo está ahí.
El rastro de los Cimarrones es novela histórica y te mete de lleno en una parte de la misma, pero son los personajes los que nos cuentan la historia, la viven y nosotros con ellos y en sus conversaciones nos dan todos los datos y todas las opiniones, nos hace sentir que somos cualquiera de ellos dando la réplica o viviendo el momento.
<<La historia que narra este manuscrito comienza en los últimos días de abril del ya citado año de 1821, en pleno otoño, cuando no ha mucho que San Martín hubiese decidido estrechar el cerco de Lima…
…Rodrigo Pizarro no sentía ningún aprecio por los demás, su vida había sido siempre una lucha por la supervivencia. En el ejército, donde llegó a ser sargento después de más de quince años de servicio, se había limitado a cumplir órdenes e impartirlas, sin pensar ni una sola vez en la lógica o pertinencia de ninguna de ellas…>>
Así es como Rodrigo Pizarro al tener la oportunidad de salir del ejercito quiso dedicarse a hacer lo que sabía, acatar órdenes y perseguir o matar a quien estos le encargaban, de ahí pasó a crear una partida más o menos numerosa según los casos que iba a la caza de Cimarrones, esclavos huidos de sus amos.
Esta es la historia principal, la búsqueda de unas personas a través de un extenso territorio, son apresados, entregados y ciertos intereses hacen que los perseguidores sean ahora los perseguidos y de ahí nos llevan de Lima a Piura y de ahí a Guayaquil., mientras nos va relatando la situación del país y las estrategias de la guerra que se vislumbra de fondo.
Una historia con mucho movimiento, también con suspense, pero además totalmente integrado te mete de lleno en esa época, descubres el significado de nombres que no conocías, te muestra hasta el menor detalle describiendo las comidas y bebidas, cualquier elemento de la vida diaria pasa por estas páginas además del vocabulario de la época.
Sin conocer el lugar, te mete de lleno en él describiendo el entorno, entrando a sus casas, andando por sus calles… Esto no la hace en ningún momento aburrida, todo lo contrario ya que en las novelas de Ricardo el lector es más que un espectador, es un personaje que vive la historia junto a ellos.
He aprendido mucho con esta novela y quiero leer La plaza de la cebada por ser la segunda aventura de Rodrigo Pizarro y ahora que ya lo conozco seguro que disfrutaré aún más de la segunda historia.
Quien es Ricardo? pues para mí un gran escritor, con muchos libros publicados a sus espaldas, en concreto nueve libros sobre la arquitectura modernista de diversas ciudades, en varias editoriales, además de nueve novelas actualmente aunque hay más previstas.
También es el director de la Editorial Libros Mablaz y en lo personal, una persona volcada en sus amigos.
Presentación en Madrid de La Plaza de la Cebada, novela de Ricardo Muñoz Fajardo
- a la(s) 19:00Próxima semana · 10 °C/3 °C Probabilidad
- Mostrar mapaMARIA PANDORA Champañería LibreríaPlaza de Gabriel Miró, 1. Las Vistillas, 28005 Madrid
"La Plaza de la Cebada" narra la segunda aventura de Rodrigo Pizarro, el aventurero sin escrúpulos que conocimos en "El rastro de los cimarrones". Los dos libros son totalmente independientes, se pueden leer por separado.
La acción transcurre en los últimos momentos del trienio liberal (1823), y, además de una novela histórica, guarda un trasfondo de novela de suspense.
La acción transcurre en los últimos momentos del trienio liberal (1823), y, además de una novela histórica, guarda un trasfondo de novela de suspense.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
La Plaza de la Cebada, de Ricardo Muñoz Fajardo.
Mi novena novela publicada, esta vez por parte de Delibrum Tremens Editores:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1004347666249421&set=a.139870009363862.25189.100000225911509&type=1
Mi novena novela publicada, esta vez por parte de Delibrum Tremens Editores:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1004347666249421&set=a.139870009363862.25189.100000225911509&type=1
¡¡NOVEDAD EDITORIAL!!
Ricardo Muñoz Fajardo, vuelve a deleitarnos con esta nueva novela, continuación de EL RASTRO DE LOS CIMARRONES. "Novela adictiva de intriga y misterio en donde el personaje del general Riego y la polí ca de la época son los ejes donde gira la novela y sus protagonistas" Disfruta ya de las primeras páginas de LA PLAZA DE LA CEBADA 1-La puñalada del zurdo Vio a alguien a lo lejos, junto al puente romano sobre el río Guadalupejo, el más antiguo que cruzaba el cauce. Dudas no tuvo a pesar de la presencia allí, y Rodrigo Pizarro, ese vecino reciente y extraño del pueblo, se aproxi- mó a buen paso hasta aquel sujeto cuya presencia le intriga- ba. Unas varas antes de llegar a él, se dio cuenta de que el hombre no dejaba de mirar hacia el río, apoyado a ratos en lo que quedaba de pretil de la puente, unos muretes en la parte derecha y nada en la izquierda. El otro lo oyó venir con mucha antelación. A partir de ese momento, el hombre dividió su vista entre el río y el ex- traño que se aproximaba. Los dos reconocieron quién era el otro prácticamente a la vez. El que estaba plantado en el puente suponía que quien venía hacia él era aquel indiciado venido a Guadalupe, el pueblo en donde vivía, no ha mucho tiempo, acompañado de una mujer mulata de muy buen ver, bastante más joven   11 que él, su esposa, de un muchacho de buena planta, tan alto o más que el indiano, y de un mocoso renegrido al que no era extraño ver jugando o peleándose con cualquier zagal de su edad en las calles del pueblo. El retornado de las Indias, en realidad un huido desde Guayaquil, observó que el otro era un hombre viejo ya, del que conocía su nombre, Martín Tarancón, y alguna de sus cuitas. Según había oído, se trataba de un antiguo cura que simpatizaba con Riego y el régimen liberal imperante en Es- paña desde el año 1820. De él sabía que era el más alto re- presentante, sino el único, de la Milicia Nacional en Guada- lupe. La Milicia Nacional era una especie de policía de la Es- paña liberal, cuyo origen provenía de la Guerra de Sucesión, librada entre Austrias y Borbones a principios del siglo XVIII, cuando fueron creadas como una forma de defensa cívico-militar durante la dirección de la conflagración. Pero su verdadero desarrollo se produjo durante la Guerra de la Independencia, cuando el ejército español fue derrotado y disgregado por las huestes napoleónicas, y cuya consecuencia fue la creación de las Juntas Locales y Provin- ciales y una Regencia, que asumieron todas las funciones de gobierno en paralelo al bonapartista, y que fueron las que armaron al populacho en su lucha contra el francés. La constitución de 1812 reguló su funcionamiento co- mo fuerzas combatientes e integrantes del ejército, aunque separadas del regular. Debían cumplir tareas de seguridad, orden y paz en el país.  Fernando VII, el deseado, las disolvió en 1814, cuando retornó a España desde su jaula de oro en Francia, y se con- fabuló con los absolutistas de España para derogar la consti- tución de Cádiz. Las consecuencias derivadas de la subleva- ción del general Riego volvió a ponerla en vigor, lo que su puso el renacimiento de la Milicia Nacional. Los dos hombres ya estaban lo suficientemente cerca el uno del otro como para cruzarse unas palabras de saludo, y así lo hicieron, más como un gesto cortés que por la familia- ridad entre ambos, que era prácticamente inexistente. Una vez repartidos los parabienes, el viejo volvió a acodarse en el pretil maltrecho para asomarse al río. Pizarro lo imitó a un par de codos de distancia de él, e intento localizar lo que le llamaba la atención del antiguo cura, y el motivo de su presencia en aquel lugar. Allí estaba. El cuerpo sin vida de un hombre entrado en carnes permanecía boca abajo, atrapado entre unos ramajes anclados en una de las orillas del riachuelo, la más cercana a ellos, y la tierra húmeda convertida en barro en tramos sal- teados de la ribera, de cuando el caudal del río bajaba más crecido, en la primavera que estaba próxima a expirar. —¿Lo ve usted? —preguntó el policía, con un gesto in- necesario de su barbilla para señalar el cadáver. —Sí, lo veo —confirmó Pizarro, siempre parco en pa- labras—. Parece el cura que hace de párroco en Guadalupe. —Lo es —asintió Tarancón, con un gesto muy elo- cuente de su cabeza.  —¿Por qué lo mira tanto? —ironizó el indiano, con voz gritona—. Por mucho que lo haga, no va a conseguir que el muerto se ice solo y venga hasta aquí. El viejo miró al otro con desdén, un tanto escamado por el efecto de su socarronería. —Le estaba esperando a usted —le devolvió la guasa al forastero—. Aquí, en Guadalupe, el único miembro perma- nente de la Milicia soy yo, y estaba pensando que un indiano desocupado como usted, que dedica su tiempo por entero en gastar la fortuna que se ha traído de las Américas en frusle- rías, estaría encantado en ayudarme en mi labor de policía. Pizarro esbozó una amplia sonrisa. —No se fíe tanto de mí —exclamó con sutileza—. Yo no tengo nada de provecho. —Usted está aún a tiempo de corregir eso —sermoneó el viejo, medio en serio medio en broma—. Mis muchos años no me permiten ya hacerlo, y recuperar para vivirla una existencia dedicada a servir a la iglesia y no a Dios. —Un mal colaborador busca en mí, señor policía — Pizarro puso sus últimas trabas a un ofrecimiento que le gus- taba—, porque habrá situaciones como ésta, en la que el cu- ra es el muerto, que más gana tendré en encubrir al asesino que detenerlo. —Por sus palabras, entiendo que el finado no era san- to de su devoción —dedujo el viejo, sin ningún síntoma de alteración. —No.  Pizarro no dio ninguna explicación sobre sus fobias ha- cia el sacerdote muerto, y ése fue un detalle que gustó mu- cho a Tarancón. El antiguo rastreador no quiso contarle una conversa- ción que tuvo con el muerto a los pocos días de llegar a Guadalupe. En ella, éste vino a recriminarle su escaso gusto por las mismas y su iglesia, diálogo que concluyó con una amenaza explícita del sacerdote con respecto a su actitud en un país como España. Tampoco quiso hablarte de que sabía que el sacerdote era un conspirador contra el régimen establecido, el consti- tucional, en busca de la vuelta de un absolutismo que retor- naría al catolicismo obligatorio que devolvería a la iglesia al centro de la sociedad española, como incansable salvaguarda de las buenas costumbre de hombres y mujeres, como ve- nían haciendo desde tantos siglos, en su vigilancia continua de favorecer a los ricos y poderosos, tan dignos hijos de Dios, afectos a las limosnas y demás obras de caridad hacia los menesterosos, esos seres humanos a los que se les des- preciaba y esquilmaba antes. Y no quiso hablarle al viejo de la afición de Hugo Mon- tes, así se llamaba el cura, por los niños y niñas que acudían a sus cultos, confesiones y catequesis, a los que tantas veces buscó completar su formación espiritual con dosis de expe- rimentación carnal. Tampoco le dijo que él, Rodrigo Pizarro, había llegado a amenazarlo con un cuchillo en la garganta para que cesara en sus tocamientos, abusos y violaciones de sus impúberes feligreses y que, cuando lo dejó vivo, no había dejado ni un solo día de arrepentirse de no haberle rebanado el pescuezo.  YA A LA VENTA EN CASA DEL LIBRO: http:// |
martes, 18 de noviembre de 2014
Entrevista a Ricardo Muñoz Fajardo en "El periodista digital", de Antonio Florido
http://blogs.periodistadigital.com/elacento.php
- ¿Cómo consigue crear esas atmósferas tan atrayentes y a veces tan asfixiantes?
- ¿Considera que ya ha escrito su obra maestra?
No sé si seré capaz de tal gesto, porque las obras maestras sólo las escriben los genios.
http://blogs.periodistadigital.com/elacento.php
-
Ricardo, usted
comenzó escribiendo ensayos sobre arquitectura modernista en España y luego dio
el salto a la pura narrativa, ¿qué sucedió para motivar este cambio?
Las
primeras novelas las tenía ya escritas, pero tuve una desilusión tremenda con
una de ellas, “Las Siete Vidas” una obra que yo considero fundamental en mi
currículo, en la que hubo cuatro editoriales interesadas en publicármela,
incluso llegué a tener el contrato para firmar en la mano, y aparté durante
unos años la faceta de escritor de mi vida.
Empecé a
investigar sobre el modernismo, y publiqué el primer libro que escribí sobre el
tema, y el segundo y el tercero, y así hasta nueve.
Un día,
Carmen, mi mujer, me animó a volver escribir ficción, aunque sólo fuera para
ella, y volví a hacerlo. Las primeras novelas empezaron a serme publicadas, y
ahora he conseguido llegar hasta las diecinueve, de las cuales se me han
editado 9, tengo dos más comprometidas para el año que viene y otras dos en
negociaciones.
-
En su magnífica
novela El solsticio de invierno
plantea un panorama desolador de la España de 1973, ¿qué respondería a quienes
le tachan de ser demasiado pesimista?
Una
dictadura es muy triste, ya sea de un signo u otro, porque al final, sus
extremos se acaban tocando. Franco, en 1973, todavía tenido un establecido un
régimen basado en el fascismo de los años veinte y treinta, y era un sistema
excluyente de todos los demás.
Yo, de
todas formas, no creo que sea una novela que dibuje un panorama pesimista,
porque la relación entre el policía joven y el viejo se deja entrever que los
tiempos van a cambiar, que el franquismo era una obsolescencia que ni los
Estados Unidos ya estaban dispuestos a tolerar.
-
Su estilo ha
alcanzado una madurez admirable en esta obra.
Yo no
era consciente de que tenía un estilo propio hasta que me lo han hecho ver los
demás. Mis novelas suelen tener unos protagonistas muy diferidos, pero es
cierto que sus repartos son corales, con personajes que entran y salen de la
narración con una naturalidad que creo que es muy espontánea. Esta parte de mi
escritura es, pienso yo, una clara influencia de “La guerra del fin del mundo”,
uno de los mejores libros que haya leído jamás, pero también de mi formación
universitaria, la historia, que hacen que el tiempo que trascurre sea otro de
los personajes importantes de mi narrativa, al menos en parte, o no siempre, y
como las ideas las tengo dentro de mí y suelo documentarme muy bien, las
palabras brotan fluidas, sobre todo cuando los personajes adquieren vida propia
dentro de mi imaginación.
-
¿Qué hay de
usted en el protagonista del libro?
¿Quién
es el protagonista del libro? Los policías malos de la Brigada Político-Social,
o los dos inspectores de la Jefatura de Madrid, o la huelga, o el FRAP, o ETA,
o Salvador Puig Antich, que sólo aparecen en una pequeña parte de la novela.
Decía un
escritor, no recuerdo cuál, que decía que todas las novelas tienen algo de
autobiográficas, y sí, yo soy el niño que ve a su padre de baja en casa
mientras transcurre la huelga, el que pregunta al policía de gris cómo se llega
hasta Ópera, pero no, no creo que tenga lo suficiente de mí ninguno de los
personajes que aparecen en la novela
-
¿Cree que los
autores jóvenes ya no se preocupan por lo que defiende su generación y que lo
que publican es a la literatura lo que los chistes de Lepe al humor?
Lo
importante es que la gente lea, aunque los temas sean tan redundantes. A mí me
gusta un libro, o una película, que te haga pensar, que sea una obra literaria
en sí, pero también me gusta mucho a ciencia ficción o el género de aventuras.
Sí que
es cierto que ahora han surgido libros demasiado intrascendentes, porque la
generación que hemos criado nosotros iba a vivir mejor con nosotros, y que iban
a ser los hombres y mujeres que iban a consumir ocio y espectáculo, pero esta
absurda crisis está volviendo a reavivar conciencias y, sorprendentemente, que
la gente que te rodea vuelva a luchar por los derechos adquiridos por nuestra
generación durante la Transición.
Pero,
ojo, que entretenerte por entretenerte, no está ni mucho menos mal.
-
¿Cree que los autores oficialmente consagrados que acaparan el
panorama son un tapón para las nuevas generaciones y que su único mérito
artístico es seguir vivos a pesar de tener el colesterol y las transaminasas en
unos niveles clínicamente inverosímiles?
No, rotundamente no. El éxito es cuestión
de suerte, porque estoy seguro que hay escritores de muchísima calidad que se
merecerían vivir de sus libros, pero también hay muchos que se tildan de tales
que sólo emborronan folios, que reconocen con orgullo en público que ni tan
siquiera dominan las técnicas de escritura ni la correcta ortografía.
También es cierto que hay escritores
encumbrados que sólo escriben verdaderos petardos, que libros que han ganado
premios son verdaderamente infumables, pero en líneas generales, muchos de los
escritores de la cima se lo tienen merecido, aunque sea cierto que lleven mucho
tiempo sin redactar un libro realmente bueno.
- ¿Qué opina de los que osen
criticar la hondura de sus obras, tachándolas de triviales o superficiales?
Las críticas
certeras hay que asumirlas. No comparto que se diga que una novela histórica, o
negra, no vayan a pasar a los anales de la literatura.
Pero es que
además, lo siento, yo puedo escribir una novela histórica, negra, de ciencia
ficción, pero nunca serán triviales. Quién no quiera ver en El solsticio de
invierno que es una novela-crítica sobre una época, es que no está viendo lo
que yo he escrito. Quién no distinga en “El discurrir por la ciudad fantasma” el
ácido sabor que nos produce a los europeos la sociedad americana, tampoco me
está leyendo. Quién no vislumbre en “El rastro de los cimarrones” un alegato
sobre el fracaso de la revolución liberal en la América hispana, que no de la
independencia de las colonias, pues un tanto de lo mismo. Quien no vea en “La
Plaza de la Cebada”, “Tragicomedia en cuatro actos” o en “Un amigo desaparecido
en la guerra de España” –que tratan el trienio liberal, la I y II República,
respectivamente-, el desencanto del fracaso de la progresía en los gobiernos de
España tanto por desavenencias entre las diferentes facciones de las fuerzas
liberales o revolucionarias, es que no está sabiendo leer entre líneas.
-
La crítica se dedica a ensalzar y dorar la píldora a aquellos
escritores con patentes de corso, a los puramente comerciales, y se “olvidan”
de los escritores que verdaderamente aman la literatura, ¿qué opina sobre esto?
Tampoco estoy de acuerdo al 100% en esto.
Los críticos de literatura, a diferencia de los de cine, no ven todo lo que
sale, porque sería materialmente imposible, y aunque es bien cierto que algunos
parecen sentir un cierto desprecio sobre los libros que sacan editoriales
pequeñas y medianas, su labor es imposible, no puede leerse todos los libros
que se publican en España a lo largo de todo el año.
Pero no nos olvidemos que los organismos
oficiales hacen un tanto de lo mismo. Cuando se concede un Premio Nacional de
Narrativa, ¿cuántos libros se han dejado de leer que tal vez lo hubiesen
merecido ese año?
-
¿Cuál es su siguiente proyecto?
Referido
a la editorial que dirijo, Libros Mablaz, es intentar estar en la feria del
libro de Madrid del año que viene, el 2015, ya que tenemos cubierto todo el plan
de publicación del mismo. Después, delegaré parte de mis funciones en mi hijo
Rodrigo, que me ha salido también lector y escritor.
Referido
a mí faceta como escritor, además de mi luchando para conseguir que “El
Solsticio de invierno”, “El rastro de los cimarrones” y “El discurrir por la
ciudad fantasma” puedan ser llevadas al cine, negocio que mis novelas inéditas
sean publicadas, acabo de terminar “Modernismo ausente y olvidado de Madrid y
provincia”, un libro sobre el modernismo madrileño que verá la luz en Enero,
retocar un libro sobre Frank Gehry, el arquitecto del Guggenheim Bilbao, que
saldrá en mayo, estoy con el lanzamiento de “La plaza de la Cebada”, la segunda
aventura de Rodrigo Pizarro, y estoy escribiendo “La tropa caníbal”, una
historia sobre la esclavitud en África en el siglo XVI, después empezaré con la
segunda entrega de las investigaciones policiacas de mis polis de Detroit en
“la última batalla ganada”, y más tarde,
también la segunda presencia del inspector Manuel Moreno en un libro, “El único
caso del subinspector Niño”, centrado en los hechos de la matanza de Atocha.
Después,
otras 10-15 ideas más, pergeñadas pero aún no investigadas ni documentadas.
-
El
solsticio de invierno es una obra muy atrevida al abordar el tabú de la etapa
postrera del franquismo. ¿No teme la reacción de ciertos sectores sociales?
De lo que tenía miedo es que al libro se
le tildara como un apólogo del franquismo, cuando es justo todo lo contrario.
Por eso, al principio indico que la opinión de los personajes en el libro es de
ellos, nunca del autor.
El franquismo, ¿cuándo conseguirá
enterrarlo este país de una maldita vez? Fue una parte nefasta de nuestra
historia, que jamás tenía que haber ocurrido, démonos cuenta de una vez de eso.
- ¿Cómo consigue crear esas atmósferas tan atrayentes y a veces tan asfixiantes?
Porque no actúo con ningún tipo de
recato. Una manifestación, el peligro de muerte, el crimen, la presión, no
tienen que aparecer dulcificada, tal como nos muestran en algunas películas.
Mis novelas intentan mostrar la realidad, pero no sólo vista desde un punto de
vista, el más convencional, sino desde los personajes que lo disfrutan o lo
sufren.
- ¿Considera que ya ha escrito su obra maestra?
No sé si seré capaz de tal gesto, porque las obras maestras sólo las escriben los genios.
Sí
que creo que he escrito muy buenos libros. El primero de ellos, “Las Siete
Vidas”, y de los publicados, “El rastro de los cimarrones”, “El solsticio de
invierno”, y alguno más a los que tengo un cariño especial. También me gusta
mucho como me quedó “La República”, el primer libro de ciencia ficción que
escribí, “Arquitectura efímera” o “Tragicomedia en cuatro actos”, los tres
inéditos, sin desmerecer a ningún otro.
domingo, 16 de noviembre de 2014
Entrevista a Ricardo Muñoz en La Voz de La Palma, Noviembre 2014
Entrevista a Ricardo Muñoz Fajardo en el periódico La voz de Palma.
Gracias, Esther María Hernández por tan bonito detalle.
Páginas 12 y 13.
Gracias, Esther María Hernández por tan bonito detalle.
Páginas 12 y 13.
El periódico digital de Alfonso Rojo publica sobre Ricardo Muñoz Fajardo
El periódico digital de Alfonso Rojo publica sobre Ricardo Muñoz Fajardo:
http://blogs.periodistadigital.com/elacento.php
http://blogs.periodistadigital.com/elacento.php
Ricardo Muñoz Fajardo
16.11.14 | 13:22. Archivado en Mis escritores favoritos
Primer autor del que os voy a hablar un poco.
Ricardo Muñoz es madrileño y, aunque ha dedicado buena parte de su vida al mundo de la empresa, nunca ha dejado de escribir. Hablamos de un autor al que le gusta el ensayo y las obras de divulgación, sobre todo en el campo de la arquitectura modernista en España. En este sentido ha publicado obras en las que trata de manera ejemplar la arquitectura modernista de distintas regiones de nuestro país, como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Albacete, Guadalajara, Ciudad Real, Ávila y Madrid.
Más tarde comenzó a internarse en el mundo puro de la narrativa y destacables son sus novelas El convidado de piedra (París, 2004), El último sueño (Madrid, 2012) y La ley de la gravedad (Madrid, 2012).
Aunque ha escrito y publicado más novelas como El solsticio de invierno (Sepha, 2013), La asociación de defensa del Muy (Aldevara, 2014) y otras.
Del autor puedo comentarles y aconsejarles la lectura de El solsticio de invierno. Podemos comenzar a conocerle a través de este libro. Novela ambientada en la España de 1973, aún bajo el yugo franquista, en la que se desarrolla maravillosamente una visión de la decadencia del régimen y una fotografía difícil de superar del Madrid y de la sociedad de aquellos años. Estilo detectivesco, claro, rotundo, sin ambages, Ricardo Muñoz ataca de manera incisiva el drama del español de a pie sometido a las exigencias, a veces o casi siempre inmerecidas, de un proteccionismo económico que provoca rebeliones proletarias y acciones represivas por parte del régimen dictatorial. Aparecen detectives (que surgirán de nuevo en otras de sus novelas) descarnados, humanos, demasiado humanos, inmersos en el trabajo y la rutina diarias. Madrid gris, sociedad átona, descrita con maestría singular en un volumen de más de trescientas páginas que no tiene desperdicio.
Ahí lo tenéis. Cerca de nosotros, español, madrileño, escritor empedernido y enfermo de literatura. Disfruten si pueden y si así lo desean de sus valiosos trabajos.
Vale.
Ricardo Muñoz es madrileño y, aunque ha dedicado buena parte de su vida al mundo de la empresa, nunca ha dejado de escribir. Hablamos de un autor al que le gusta el ensayo y las obras de divulgación, sobre todo en el campo de la arquitectura modernista en España. En este sentido ha publicado obras en las que trata de manera ejemplar la arquitectura modernista de distintas regiones de nuestro país, como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Albacete, Guadalajara, Ciudad Real, Ávila y Madrid.
Más tarde comenzó a internarse en el mundo puro de la narrativa y destacables son sus novelas El convidado de piedra (París, 2004), El último sueño (Madrid, 2012) y La ley de la gravedad (Madrid, 2012).
Aunque ha escrito y publicado más novelas como El solsticio de invierno (Sepha, 2013), La asociación de defensa del Muy (Aldevara, 2014) y otras.
Del autor puedo comentarles y aconsejarles la lectura de El solsticio de invierno. Podemos comenzar a conocerle a través de este libro. Novela ambientada en la España de 1973, aún bajo el yugo franquista, en la que se desarrolla maravillosamente una visión de la decadencia del régimen y una fotografía difícil de superar del Madrid y de la sociedad de aquellos años. Estilo detectivesco, claro, rotundo, sin ambages, Ricardo Muñoz ataca de manera incisiva el drama del español de a pie sometido a las exigencias, a veces o casi siempre inmerecidas, de un proteccionismo económico que provoca rebeliones proletarias y acciones represivas por parte del régimen dictatorial. Aparecen detectives (que surgirán de nuevo en otras de sus novelas) descarnados, humanos, demasiado humanos, inmersos en el trabajo y la rutina diarias. Madrid gris, sociedad átona, descrita con maestría singular en un volumen de más de trescientas páginas que no tiene desperdicio.
Ahí lo tenéis. Cerca de nosotros, español, madrileño, escritor empedernido y enfermo de literatura. Disfruten si pueden y si así lo desean de sus valiosos trabajos.
Vale.
lunes, 10 de noviembre de 2014
He de confesar que estoy ciego
He de confesar que estoy ciego o que no veo lo mismo que los demás. Yo, que reconozco que estoy muy alejado de cualquier nacionalismo, incluso del español salvo cuando Iniesta chutó con su pierna derecha en la final de Sudáfrica, no soy capaz de entender nada de lo que ha ocurrido este fin de semana.
En primer lugar, lo sucedido ayer, el día que se convocó un referéndum un poco extraño en Cataluña, raro por varios motivos, en primer lugar porque se trataba de una votación sin censo y, además, porque yo no fui convocado al mismo, aunque viva en Madrid, cuando lo que se pretendía decidir era el destino de una parte de mi historia, que es lo que es Cataluña para mí, una parte de mi ser.
La consecuencia del plebiscito de ayer, en cuanto supe de las cifras, es que fue un gran fracaso, y me chocó que los convocantes lo tildaran de lo contrario. Según lo que he entendido yo, el 30% de los catalanes o residentes en Cataluña de otras tierras, que bien puede ser un zamorano o un hijo de zamoranos, son independentistas. O, dicho de otra forma, ateniéndonos a la cifra total de votantes, el 32% de ellos han mostrado un interés por el referéndum. Vamos, que la independencia o no es una cosa que les da lo mismo a la mayoría de los catalanes, que lo que le importa es otro porcentaje, el 3% que se cobraba de todos los contratos concedidos por, al menos, una parte de los gobernantes convergentes de la Generalitat, y les importa que no tienen trabajo, y que su gobierno autonómico les recorta tanto o más que el Central, y que lo único que no disminuye son las partidas presupuestarias dedicadas al ejercicio de la falsa política de los políticos, que solo buscan su propio bienestar en demasiados abundantes casos.
Y debo estar ciego, porque no sé por qué las bases de Convergencia Democrática de Catalunya no se han lanzado a la calle para parar el canibalismo que el honorable Artur Mas está haciendo con su partido, o tal vez haya sido una huida hacia adelante de un político acabado, rodeado de escándalos de corrupción que ya se aproximan a su persona.
Mientras tanto, otro político, uno apellidado Monago, presidente de la Junta de Andalucía, lloraba al recibir los aplausos de sus compañeros de partido en Cáceres, donde se realizaba una convención de la formación que dice que ya ha puesto barrera a la corrupción que lo está asolando. El paso a nivel tal vez esté, pero la valla aún no lo ve nadie, o al menos yo, que ya he dicho que estoy ciego.
Vamos a ver, ¿es cierto o no que el señor Monago viajó treinta y tantas veces a las islas Canarias? ¿Es cierto o no que dicho señor era senador por Extremadura y no por el archipiélago? ¿Es cierto o no que el poco honorable presidente de Extremadura tenía un flirteo con una dama por las islas Afortunadas y que pasó sus viajes privados, por la jeró, a la cuenta de gastos del Senado?
Nada, sigo ciego, porque el señor Monago sigue siendo presidente de la Junta de Extremadura -apoyado por una teórica formación de izquierdas-, el Senado -que ni él mismo sabe para qué sirve- le autorizó los gastos porque nos lo controla -¡manda cojones!- y ninguna señoría alza la voz contra el despropósito, y lo que peor, nos toman por gilipoyas o por ciegos y tontos, que es lo que debemos ser.
He de confesar que estoy ciego o que no veo lo mismo que los demás. Yo, que reconozco que estoy muy alejado de cualquier nacionalismo, incluso del español salvo cuando Iniesta chutó con su pierna derecha en la final de Sudáfrica, no soy capaz de entender nada de lo que ha ocurrido este fin de semana.
En primer lugar, lo sucedido ayer, el día que se convocó un referéndum un poco extraño en Cataluña, raro por varios motivos, en primer lugar porque se trataba de una votación sin censo y, además, porque yo no fui convocado al mismo, aunque viva en Madrid, cuando lo que se pretendía decidir era el destino de una parte de mi historia, que es lo que es Cataluña para mí, una parte de mi ser.
La consecuencia del plebiscito de ayer, en cuanto supe de las cifras, es que fue un gran fracaso, y me chocó que los convocantes lo tildaran de lo contrario. Según lo que he entendido yo, el 30% de los catalanes o residentes en Cataluña de otras tierras, que bien puede ser un zamorano o un hijo de zamoranos, son independentistas. O, dicho de otra forma, ateniéndonos a la cifra total de votantes, el 32% de ellos han mostrado un interés por el referéndum. Vamos, que la independencia o no es una cosa que les da lo mismo a la mayoría de los catalanes, que lo que le importa es otro porcentaje, el 3% que se cobraba de todos los contratos concedidos por, al menos, una parte de los gobernantes convergentes de la Generalitat, y les importa que no tienen trabajo, y que su gobierno autonómico les recorta tanto o más que el Central, y que lo único que no disminuye son las partidas presupuestarias dedicadas al ejercicio de la falsa política de los políticos, que solo buscan su propio bienestar en demasiados abundantes casos.
Y debo estar ciego, porque no sé por qué las bases de Convergencia Democrática de Catalunya no se han lanzado a la calle para parar el canibalismo que el honorable Artur Mas está haciendo con su partido, o tal vez haya sido una huida hacia adelante de un político acabado, rodeado de escándalos de corrupción que ya se aproximan a su persona.
Mientras tanto, otro político, uno apellidado Monago, presidente de la Junta de Andalucía, lloraba al recibir los aplausos de sus compañeros de partido en Cáceres, donde se realizaba una convención de la formación que dice que ya ha puesto barrera a la corrupción que lo está asolando. El paso a nivel tal vez esté, pero la valla aún no lo ve nadie, o al menos yo, que ya he dicho que estoy ciego.
Vamos a ver, ¿es cierto o no que el señor Monago viajó treinta y tantas veces a las islas Canarias? ¿Es cierto o no que dicho señor era senador por Extremadura y no por el archipiélago? ¿Es cierto o no que el poco honorable presidente de Extremadura tenía un flirteo con una dama por las islas Afortunadas y que pasó sus viajes privados, por la jeró, a la cuenta de gastos del Senado?
Nada, sigo ciego, porque el señor Monago sigue siendo presidente de la Junta de Extremadura -apoyado por una teórica formación de izquierdas-, el Senado -que ni él mismo sabe para qué sirve- le autorizó los gastos porque nos lo controla -¡manda cojones!- y ninguna señoría alza la voz contra el despropósito, y lo que peor, nos toman por gilipoyas o por ciegos y tontos, que es lo que debemos ser.
jueves, 23 de octubre de 2014
Con la ilusión de un niño con zapatos nuevos, os diré que ya ha salido a la venta una nueva novela mía, La Plaza de la Cebada, en donde nos volveremos a encontrar con el truhán de Rodrigo Pizarro, en su singladura por tierras españolas en los últimos días de vida del general Riego, 1823, cuando su revolución está a punto de extinguirse.
Podréis encontrarlo en librerías y en La Casa del Libro.
Podréis encontrarlo en librerías y en La Casa del Libro.
lunes, 20 de octubre de 2014
A estas tardías horas de la noche del día 20 de octubre del año 2014, procedemos a hacer publico el palmarés del II Premio de Narrativa Libros Mablaz, aunque no antes de agradecer a tantos autores que nos han regalado con sus obras para la edición de este año, 47 en total, de gran calidad narrativa la mayoría.
El ganador del II Premio de Narrativa Libros Mablaz es:
David J. Skinner, con "Una herencia problemática".
David J. Skinner, con "Una herencia problemática".
El jurado ha decidido conceder un accésit a:
Teresa Hernández, por "Las esquinas en mi cabeza"
Teresa Hernández, por "Las esquinas en mi cabeza"
Los finales de la edición de este año 2014 del Premio de Narrativa Libros Mablaz han sido:
Patricia García Roldán, con "En manos de su destino"
Aranta Jordá, con "Nidos vacíos"
Esperanza Alonso Pereira con "Estación Esperanza".
Patricia García Roldán, con "En manos de su destino"
Aranta Jordá, con "Nidos vacíos"
Esperanza Alonso Pereira con "Estación Esperanza".
Enhorabuena a David y a todos las personas que forman parte del palmarés del premio del año 2014.
Reiteramos nuestro agradecimiento a todos los autores presentados al premio, y os invitamos a participar en la III Antología Poética puesta en marcha por la editorial, "Poemas de Amor", o en I Primer Premio Somnium de Ciencia Ficción.
jueves, 2 de octubre de 2014
El nuevo blog de la Editorial que dirijo, Libros Mablaz, y también su página web.
blog editorial: http://editoriallibrosmablaz.blogspot.com/
blog de Ricardo: http://ricardomunozfajardo.blogspot.com.es/
web editorial: www.librosmablaz.com
Sin vosotros, no somos nada.
martes, 23 de septiembre de 2014
Presentación en Vitoria de las últimas policíacas de Ricardo Muñoz Fajardo
La presentación en Vitoria, junto con el viaje por todos sus alrededores, uno de los momentos más gratos del año.
Tres novelas en tres editoriales diferentes. ¡Gracias por confiar en mí!
El solsticio de invierno, Editorial Sepha (Málaga, 2013)
La Asociación de defensa del Muy, Editorial Aldevara (Madrid, 2014)
El discurrir por la ciudad fantasma. Editorial Libros Mablaz (Madrid, 2014)
Tres novelas en tres editoriales diferentes. ¡Gracias por confiar en mí!
El solsticio de invierno, Editorial Sepha (Málaga, 2013)
La Asociación de defensa del Muy, Editorial Aldevara (Madrid, 2014)
El discurrir por la ciudad fantasma. Editorial Libros Mablaz (Madrid, 2014)
lunes, 15 de septiembre de 2014
La editorial Libros Mablaz, de la que yo formo parte como director de publicaciones, ha llegado este mes de Septiembre a los 30 libros editados. Para final de este año 2014 habremos editado el número 36, y el 50 está previsto alcanzarlo en el mes de Junio de 2015, en donde esperamos poder estar en la Feria del Libro de Madrid 2015.
Imagen de cabecera de Mari Carmen López, diseñadora gráfica de Libros Mablaz, en donde aparecen todos sus libros realizados, y que ponemos aquí, aunque hay algunos que no son de la editorial.
Imagen de cabecera de Mari Carmen López, diseñadora gráfica de Libros Mablaz, en donde aparecen todos sus libros realizados, y que ponemos aquí, aunque hay algunos que no son de la editorial.
El próxima día 19 de Septiembre, en Vitoria, presentaré en una charla-coloquio sobre la novela policíaca o negra, tres de mis novelas escritas en este género, que muestran algunas de las vertientes de los libros escritos como novela de investigación criminal. La primera de ellas, El solsticio de invierno, el crimen a resolver se relaciona con un contexto histórico, los últimos años del franquismo, en la segunda, La Asociación de defensa del Muy nos habla de la novela negra en el universo español, mientras que El discurrir por la ciudad fantasma nos lleva a los Estados Unidos, lugar en donde tuvo el nacimiento y auge del genero, o al menos vivió su edad dorada, efecto reflejado por la realización de muchas películas que recogen los argumentos de las letras escritas, de tanta calidad como los libros que consiguen versionar.
Hola.
En agosto ha salido publicada mi octava novela, El discurrir por la ciudad fantasma, la primera cuya acción se produce en Estados Unidos, concretamente en Detroit, que es la ciudad fantasma del título. Es una novela negra que bebe de las fuentes del género, ausente ya el matiz de policía muy listo y el compañero menos.
El libro es un retrato de lo que es ahora la ciudad semiabandonada de Detroit, inmersa en la sociedad estadounidense que tanto nos llama la atención y tanto nos choca al mismo tiempo, y narra una serie de asesinatos de un mismo criminal, que deja una flor negra en cada uno de sus escenarios.
La novela os sorprenderá, porque nunca se sabe quién puede ser el asesino, que tal vez esté viviendo en la puerta del lado, y presenta un final que no es el esperado, aunque, probablemente, sea el más lógico.
Ricardo Muñoz Fajardo: El discurrir por la ciudad fantasma. Madrid, Libros Mablaz, 2014.
www.librosmablaz.com, Amazon y en las librerías Legend y Crisis de Madrid y, próximamente, en Bibliomanía en Valencia.
En agosto ha salido publicada mi octava novela, El discurrir por la ciudad fantasma, la primera cuya acción se produce en Estados Unidos, concretamente en Detroit, que es la ciudad fantasma del título. Es una novela negra que bebe de las fuentes del género, ausente ya el matiz de policía muy listo y el compañero menos.
El libro es un retrato de lo que es ahora la ciudad semiabandonada de Detroit, inmersa en la sociedad estadounidense que tanto nos llama la atención y tanto nos choca al mismo tiempo, y narra una serie de asesinatos de un mismo criminal, que deja una flor negra en cada uno de sus escenarios.
La novela os sorprenderá, porque nunca se sabe quién puede ser el asesino, que tal vez esté viviendo en la puerta del lado, y presenta un final que no es el esperado, aunque, probablemente, sea el más lógico.
Ricardo Muñoz Fajardo: El discurrir por la ciudad fantasma. Madrid, Libros Mablaz, 2014.
www.librosmablaz.com, Amazon y en las librerías Legend y Crisis de Madrid y, próximamente, en Bibliomanía en Valencia.
lunes, 26 de mayo de 2014
La Asociación de defensa del Muy
Sinopsis
de La Asociación de Defensa del Muy
Editorial Aldevara, Mayo 2014
Año 1996, primero tras casi catorce de un
gobierno en España que no sea socialista. Un político denuncia que está siendo
objeto de chantaje, un asesino despiadado empieza a actuar en Madrid. Blázquez
y Niño reaparecen en una historia mucho más intimista. Deberán averiguar todas
las verdades de la extorsión y, casi sin quererlo, se verán involucrados en una
investigación que les supera, la identificación de un pistolero que está
acobardando a la ciudad. Las personas, los sentimientos, las diferentes
realidades, las mentiras que se convierten en verdades surcarán las páginas del
libro entre las pesquisas de los dos subinspectores y el irrefrenable viaje del
ser político a su irrealidad cotidiana.
sábado, 5 de abril de 2014
La entrevista a Ricardo Muñoz Fajardo, sobre toda su trayectoria literaria y como editor de Libros Mablaz:
http://www.ivoox.com/sol-tame-al-aire-entrevista-saloncito-hoy-audios-mp3_rf_2939174_1.html
Tal vez sea la entrevista más completa y documentada que me hayan hecho nunca, así que si queréis oírla, sólo tenéis que teclear esa dirección en el ordenador
http://www.ivoox.com/sol-tame-al-aire-entrevista-saloncito-hoy-audios-mp3_rf_2939174_1.html
Tal vez sea la entrevista más completa y documentada que me hayan hecho nunca, así que si queréis oírla, sólo tenéis que teclear esa dirección en el ordenador
La entrevista en Getafe Voz sobre "Las Siete Vidas", mi último libro publicado:
LAS SIETE VIDAS http://wp.me/p3PmU2-37D
LAS SIETE VIDAS http://wp.me/p3PmU2-37D
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