Presentación:
Los amores prohibidos, novela de Ricardo Muñoz Fajardo. Editorial Goodbooks
Madrid, a
principios del siglo XX, no cuenta con un espíritu artístico tan dinámico como
Barcelona y Cataluña. El espíritu emprendedor y revolucionario de la
arquitectura catalana no tiene parangón en casi ningún otro lugar del mundo,
menos aún en la villa y corte. Los alarifes establecidos allí parecen aparcar
los cantos de sirena de estas formas casi escultóricas que emanan del
modernismo patrio. Un grupo de ellos se salen de la norma cada vez que pueden y
tallan fachadas llamativas que pueden alejarlos de posibles encargos de sus
convecinos promotores.
El libro habla de
la obra de un arquitecto, asimilado a Arturo Pérez Merino –que es el hilo
conductor de la historia desde una ficción de la vida de alguien que se le
parece, un gran desconocido para todos-, pero de refilón, como un fondo de
desarrollo de la historia, de una de las que parecen conformar el libro, y que
acaban convergiendo en una sola. Pero Los
amores prohibidos es también el descubrimiento de la política, personajes y
personas, en una época crucial de la historia española, entre 1911 y 1913, y el
relato de un amor que parece imposible, y las vicisitudes de un criminal y su
policía. El libro habla de vida, pero también de muerte, de rebeliones,
atentados y crímenes.